Shin Sekai Reborn Cap. 7

Aquí teneis el capítulo 7 de mi libro luna de plutón hala a disfrutarlo si te gusta y si no te gusta pues nada vete T-T y no vuelvas mas por la seccion de mi libro!!!!! T-T vuelve plis

CAPITULO 7

NYANREI DAWNFOX PARTE 2

Al día siguiente me despedí de mi madre y me dirigí solo hacia la escuela en la que se supone debería “aprender cosas” aunque yo no creo que pueda aprender nada pero a lo mejor podría saber más de la geografía de este mundo, porque solo me conozco la de este continente llamado Ludoriam, que es uno de los más prósperos y grandes, el único problema es que está rodeado de una línea de rocas que se asoman desde el mar, por así decirlo es como si fueran los anillos de Saturno y dificultan la entrada y salida de barcos

Entre que pensaba en lo que podría aprender ya había llegado al colegio. En la zona del colegio había un edificio central enorme junto con un edificio más alejado y viejo; el edificio más viejo era la zona para los semi-humanos mientras que el nuevo era para humanos. En la entrada se veía a muchos niños de diferentes razas aunque los humanos y las razas no humanas entraban por diferentes puertas. También junto a la puerta de los no humanos había dos personas con armaduras de cuero reforzado y una espada de madera que impedían que los no humanos se acercaran demasiado a los humanos.

Mientras me dirigía hacia dentro del edificio escuche una serie de gritos provenientes de una arboleda en la parte izquierda de la escuela y escuche como seguritas cerraban las puertas mientras se reían y hablaban.

“¡ÑIAJAJAJA! Parece que ya han empezado. Cada año son más rápidos ¿no crees?”  (Basura A)

“Si, ¿Deberíamos ir y pararlos?” (Basura B)

“¿Estás de coña? Yo me apunté a esto solo por el dinero fácil. No me voy a mover de aquí, que se ayude a sí mismo.” (Basura A)

“Si, tienes razón, es demasiado tedioso tener que tratar con cada uno.” (Basura B)

Esta gente no era más que basura. Cuando vi que esos dos no se iban a molestar en ir a ayudar decidí acercarme por mi cuenta y descubrí que por el pasillo de tierra y árboles se encontraban 4 personas una de ellas estaba en el suelo, llorando mientras que las otras 3 se reían mientras golpeaban y escupían al pobre que estaba tirado en el suelo retorciéndose de dolor.

Ahora que lo he visto no puedo irme sin más así que fui hacía el grupo de acosadores, justo cuando uno de ellos cogió una roca y estaba punto lanzársela directamente en el ojo. Por suerte, yo fui más rápido y pude parar su brazo antes de que tirara la piedra.

“¿Cómo os habéis colado en el área de los semi-humanos? ¿Estáis golpeando a alguien? Es fácil cuando es un 3 contra 1 ¿cierto? ¿Debería unirme yo también? Así sería más divertido” (Yo)

“¿De qué estás hablando? ¡Solo es un animal! Los semi-humanos no son más que bestias que venden su alma a los demonios para intentar ser humano y en algún momento perderán el control y nos atacarán. ¿Por qué un humano como tú defienden a estos demonios?” (Más Basura)

“¿Humano? Yo no soy un humano ¿sabes?” (Yo)

Le respondí sonriendo aunque mis ojos no sonreían y antes de que pudiera decirme algo lo lance a volar contra los otros 2 que estaban mirando, el entrenamiento de todos esos años dio sus frutos después de todo.

Seguidamente me acerqué y, bueno, digamos que les mostré mi más sincero afecto hacia ellos, podría haber usado “Observar” para ver si podrían hacer algo en mi contra pero no se me ocurrió en ese momento.

Al parecer estos tres estaban golpeando a una chica no a un chico y esta seguía tirada en el suelo, llorando mientras se disculpaba y suplicaba que parasen de golpearla. Lentamente me voy acercando a ella hasta poder acariciar suavemente la cabeza, al sentir eso su cuerpo se tensó y suplicó aún más alto. Parece que el trauma ha sido grande.

“Tranquila, ya ha pasado, nadie te va a tocar. Puedes tranquilizarte y parar de llorar.” (Yo)

La pequeña al oír esto levantó la cara lentamente y vio a las tres basuras huyendo como podían, ella se fijó que uno de ellos tenía la cara hinchada, con sangre en la nariz e intentaba huir cojeando mientras los otros dos se apoyaban como podían entre sí para poder irse.  El impacto de esa visión fue tal que volvió a disculparse nuevamente entre sollozos como si creyera que yo le iba a hacer lo mismo. Pero tras limpiarle la cara le sonreí y me alejé hacia la puerta del colegio.